GRAN TRISTEZA

Yo tengo un amigo, desde hace casi 10 años. Nos encontramos por las casualidades de la vida. Desde la distancia poco a poco nos fuimos queriendo y amando. Hemos pasado mil historias. No hemos sido nunca una pareja al efecto en cuanto a lo que se entiende habitualmente. Sin embargo, el amor ha sido cada vez mayor. Finalmente hemos vivido en la misma ciudad, tras muchos años de separación. Es también un compañero sexual, el único todo este tiempo. Vivió conmigo el drama de mi contagio y me demostró que es una persona con todas las de la ley. Me siguió tratanto igual que siempre, con todo su apoyo, nada cambió.

Ahora todo está desmoronándose. Esta historia, basada en un cariño enorme y en compartir muchas cosas rutinarias y otras no tenía sus defectos. Yo soy muy introvertido, me cuesta mucho expresar mis sentimientos, abrirme. Eso fue mermando la relación. Pero desde el momento del contagio todo fue mucho peor: me encerré totalmente y eso le causó desesperación. El sexo ya no era igual, yo con miedo a contagiarle (no ha sucedido)..., pero cada vez fue siendo más light...

En resumen, nuestra historia se parece más a la de buenos amigos que a cualquier otra cosa. He de asumirlo. Él necesita la libertad que siempre tuvo, pero de forma fehaciente.

A mi me entristece muchísimo todo esto.

Básicamente tengo miedo de estar solo, de quedarme solo (bueno, como todo el mundo). Y no sé qué haré si no tengo sus besos, abrazos...

Aunque esto se salga del ritmo de este blog, soy yo también.

Hacía mucho tiempo que no sentía esta tristeza, mucho... Ni siquiera cuando supe de mi contagio.

Dolor.

Ya contaré qué pasa con esto.

Un saludo.